Eyaculación masculina al desnudo

Eyaculación masculina al desnudo

 En nuestra cultura occidental, se ha patrocinado la idea de que la eyaculación es una meta fundamental en la relación sexual masculina. Inclusive muchos hombres relegan otros aspectos satisfactorios de la interacción íntima, como lo son los juegos eróticos. Esta visión recortada suscita la aparición de los coitos relámpago y la satisfacción incompleta en la pareja.

La función eyaculatoria conlleva asimismo una función psicoemocional, ya que se traduce en una descarga emocional. Aunque la eyaculación y el orgasmo no sean precisamente la misma cosa, se sabe que el ímpetu del placer orgásmico es mayor en el hombre que eyacula en contraposición de la eyaculación prematura o la disminución del volumen seminal. Ambos casos son capaces de minar la moral masculina.

Como expone el escritor Francisco Umbral en Historias de Amor y Viagra: “… la verdad antigua y brusca de la vida es que después de una gran eyaculación, la cabeza se aclara, el cuerpo se rejuvenece y la vida se ensancha”. Por esta misma razón es que es tan temido el llamado Trastorno de Eyaculación Precoz (TEP), más frecuente de lo que muchos creen. Sin ser una enfermedad, uno de cada tres hombres la padecen de eyaculación temprana y frecuentemente es silenciado o no reconocido como un problema que puede ser resuelto.

“El varón, en el terreno productivo, es un derrochador”, afirma El Dr. José Luis Arrondo, médico y cirujano especialista en Urología, fundador de la Asociación Española de Andrología. Y aclara: “Desde la pubertad, y hasta la muerte, el hombre produce millones de espermatozoides. En cada eyaculación se puede expulsar por término medio, más de 100 millones de espermatozoides. Suponiendo una actividad semanal, 52 al año y durante 50 años de vida sexual activa, esto supondría 260.000 millones de espermatozoides lanzados al exterior en una de nuestras normalicas vidas.”

En su libro “Historia íntima del pene”, el doctor Arrondo, relata que entre los hindúes y los chinos, el semen garantiza la salud, la fuerza masculina y la longevidad. Por ello, los que confiesan el tantrismo y el taoísmo son partidarios de no desperdiciar nada del preciado tesoro, excepto con la finalidad de procrear. “Por otro lado la importancia cultural del semen ha llegado a tal extremo que, en algunas tribus africanas, el rito de iniciación sexual de los jóvenes consiste en tragar el líquido fertilizante de sus mayores…”, explica.

Un estudio llevado a cabo en la Universidad de Florida, The College of Wooster y el Centro de Medicina Reproductiva de la Clínica Cleveland (EE.UU.), concluye que cuando los hombres mantienen relaciones sexuales con una mujer diferente por primera vez, su eyaculación es más intensa y de mejor calidad.

El estudio, publicado en la revista Evolutionary Psychological Science, reveló que la cantidad de semen que cada uno de los hombres sujetos al experimento incrementó sustancialmente su producción de semen al ser expuestos a una película con una actriz nueva. Según los profesionales, para asegurar la subsistencia de la especie, los hombres eyaculan en mayor cantidad cuando se encuentran con una mujer “nueva”, al interpretar esta situación como un aumento en las posibilidades de descendencia.

Las mujeres ponen al servicio de la fecundación uno, dos o tres óvulos, es decir que invierte en la fertilidad de un modo diferente a la del hombre. Lo cierto es que, mal que nos pese a los hombres, desde la aparición de las técnicas de fertilización asistida, la expulsión natural del famoso fluido varonil, no resulta imprescindible para la procreación.

EYACULAcouple-love--tumblrjpg

Deja un comentario